En la rodilla las lesiones ligamentosas más frecuentes son las del ligamento cruzado anterior (LCA) y el ligamento colateral interno (LLI). Las mujeres deportistas tienen entre dos y cuatro veces más riesgo de sufrir lesiones del LCA que los hombres a igualdad de nivel competitivo, edad y tiempo de exposición.

La rodilla es una articulación formada por tres huesos, la parte distal del fémur, la parte proximal de la tibia y la rótula, y estabilizada por cuatro ligamentos, lateral interno, lateral externo y dos cruzados, anterior y posterior. Esta distribución anatómica condiciona un solo eje de movimiento en flexión y extensión, e impide movimientos de lateralidad y rotación.

La estabilidad de la rodilla requiere del funcionamiento adecuado de cuatro ligamentos o estabilizadores primarios: Ligamento cruzado anterior (LCA), cruzado posterior (LCP), colateral interno (LLI) y colateral externo (LLE).

Ligamentos de la rodilla

 

Lesión aguda

Tras una lesión aguda de los ligamentos producida principalmente por torsión o traumatismo, la sintomatología inmediatos es dolor e imposibilidad de caminar. A porteriori, tras la reducción de la inflamación de la rodilla, la sensación más frecuente es el fallo de la rodilla o «se me va» la rodilla, lo que nosotros llamamos inestabilidad. En ocasiones no es tan visible este síntoma y se manifiesta con sobrecarga o dolor de la rodilla tras esfuerzos de movimiento o cargas de peso.

En las lesiones del ligamento cruzado anterior el mecanismo lesional más frecuente es el giro brusco del cuerpo sobre la tibia produciendo un movimiento de rotación forzado en la rodilla. Muy habitualmente, esto tiene lugar en caídas del esquiador hacia atrás produciendo una rotación de la tibia sobre el fémur con la rodilla hiperflexionada y en lesiones en deportes de contacto con un impacto lateral o una mala pisada.

Las lesiones de los ligamentos pueden ser de 3 tipos:

  • Grado I: es una distensión o elongación del ligamento
  • Grado II: es una rotura parcial del ligamento
  • Grado III: es una rotura completa del ligamento

Grados de lesión de los ligamentos

Lesión crónica

La lesión crónica de los ligamentos y por tanto la inestabilidad crónica articular pueden ser producidas por múltiples causas:

  • En ocasiones antiguos traumatismos en los que se lesionaron estructuras pero pudieron funcionar con normalidad durante cierto tiempo.
  • Cuando se realiza una resección meniscal por lesión del mismo, pasado el tiempo se producen inestabilidades en los ligamentos colaterales.
  • En deformaciones articulares por desgaste de la articulación (artrosis medial o lateral) o por lesiones oseas previas.

En situaciones de deficiencia o lesión de los ligamentos provocan que dicha inestabilidad aumente la posibilidad de sufrir roturas meniscales y producirse cambios degenerativos en el cartílago articular en esta misma situación.

En muchas ocasiones lo asemejamos a la rueda del coche la cual no esta alineada. El «traqueteo» que ello produce en la rueda hace que se estropeen antes los amortiguadores (meniscos) y la superficie de la rueda (cartílago).

 

Tratamiento de los ligamentos de la rodilla 

Lesión Grado I – Distensión

En la situación de una elongación o distensión de los ligamentos (Grado I) el tratamiento que se realiza es habitualmente la proloterapia.

La proloterapia es la opción más conservadora de tratamiento en elongaciones o distensiones de los ligamentos

La utilización de dextrosa inyectada en los ligamentos laxos, mal cicatrizados o parcialmente lesionados produce un proceso de inflamación en dichas estructuras y favoreciendo una reacción celular (fibroblastos, células endoteliales, miofibroblastos) que forman nuevos vasos sanguíneos y finalmente van depositando colágeno. Este refuerzo de colágeno en la zona afectada favorece una remodelación estructural de los ligamentos, recuperando su capacidad de sosten y tensándolos.

 

Lesión Grado II – Rotura parcial

En la situación de la rotura parcial de los ligamentos (Grado II) se asocian las infiltraciones de plasma rico en plaquetas (PRP) o células madre, en caso de ser amplia la rotura parcial, con la finalidad de crear tejido nuevo mediante estimulación previa. De esta forma creamos una nueva cicatrización del ligamento aportando estabilidad lateral a la rodilla.

 

Lesión Grado III – Rotura completa

El tratamiento de la lesión de una rotura de ligamentos (Grado III) es quirúrgico mediante una reparación del ligamento, valorndo previamente la estabilidad de la articulación.

En el caso de tener una inestabilidad de rodilla por una lesión de LCA, la opción es la reparación primaria del LCA. Por lo que generalmente se opta por la opción de la sustitución del LCA dañado por un injerto ligamentoso o tendinoso del mismo paciente, o de banco de tejidos. En dicha intervención utilizamos la aplicación de terapias celulares en la reparación o en el injerto para garantizar la mejor integración ósea del ligamento y disminuir el riesgo de fracaso de la cirugía. Además, si existen otras lesiones condrales (de los cartílagos) o de los meniscos se recomienda tratar los mismos con sesiones posteriores tras la intervención.

Si el paciente tuviera una rotura parcial o distensión del LCA acompañado de una estabilidad de la rodilla, las opciones pueden ser más conservadoras y por tanto no hacer falta llegar a una intervención.

Tratamiento Lesiones de LCA

 

 

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