Con frecuencia algunos pacientes nos consultan por lesiones o patologías en las que la única alternativa que le han ofrecido al paciente es la cirugía, habitualmente agresiva como puede ser una prótesis articular o simplemente aguantarse porque “no hay nada que hacer”.
Existen otras opciones o escalones intermedios antes de llegar al último que es una intervención. Pero en ocasiones cuando el paciente pregunta sobre la posibilidad de utilizar algún tratamiento con factores de crecimiento de plasma rico en plaquetas o de células madre procedentes de médula ósea o de la grasa, la respuesta que reciben, en algunos casos es: “No creo en las infiltraciones de plasma”, o “No tengo fe en esos tratamientos” o “eso no sirve para nada”.
A veces se ofrece al paciente tratamientos opcionales con infiltraciones de ácido hialurónico a nivel intrarticular. Dichas infiltraciones están demostrado que son menos eficaces que la utilización de infiltraciones de plasma rico en plaquetas en patologías como la artrosis de rodilla.
Vemos que las ventajas del plasma rico en plaquetas frente al ácido hialurónico en estudios en artrosis de rodilla son:
- Mayor efecto antiinflamatorio y analgésico del plasma rico en plaquetas, aunque no resulta inmediato tras la inyección.
- Efecto más mantenido en el tiempo, 1 mes frente a 1 año del plasma rico en plaquetas.
Estudios en artrosis de rodilla (https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5360094/)
En artrosis de cadera también existen estudios que también lo prueban (https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26797697/)
En ocasiones se recetan fármacos “condroprotectores” cuya eficacia no ha llegado a demostrase claramente y que han sido retirados de diversas guías internacionales de tratamiento de la artrosis.
Nuestros tratamientos médicos no deben basarse en la fe ni en lo que creamos o dejemos de creer. Para poder ofrecer un tratamiento a un paciente con posibilidad de éxito debe existir algún tipo de evidencia o base científica que lo sustente y principalmente garantías de la seguridad del procedimiento para el paciente. Y a día de hoy ya contamos con esa evidencia.
Cuando un argumento de un profesional es “no creo en…” o “no tengo fe en..” (que es lo mismo que decir que “no me fío”), la pregunta que deberíamos poder hacerle sería: ¿En qué se basa su experiencia?, ¿Cuántas veces ha tratado ese problema?, ¿Qué experiencia tiene con esas técnicas?, ¿Cuántos artículos científicos ha leído sobre el tema en los últimos 10 años, o al menos en el último año?.
Quizás sería más correcto decir: “No tengo experiencia con esos tratamientos” o “no estoy actualizado en este tema” (pero eso es algo que no nos enseñan a decir en la Facultad de Medicina ).
Yo me dedico al tratamiento de las lesiones de sistema musculo-esquelético y si un paciente me pregunta sobre el uso del plasma rico en plaquetas para el tratamiento de la alopecia (a pesar de que yo soy calvo), lo que le puedo decir es que sé que se está utilizando pero que desconozco los resultados (ya que no me dedico a ello). Y lo mismo le podría decir para el tratamiento de las arrugas ya que se utiliza pero yo no trabajo en esa área.
Sin embargo, si me pregunta sobre alguna cosa de mi especialidad, pero yo no tengo experiencia, como por ejemplo en las prótesis de codo (porque no he puesto nunca ninguna), lo que puedo decirle es exactamente eso, que yo no tengo experiencia, pero puedo buscar a alguien que la tenga y que le pueda orientar.
Yo le recomendaría a aquellos compañeros que no creen en las células madre o en el plasma rico en plaquetas que con una sencilla búsqueda en PUBMED (la principal base de datos médica) podemos obtener muchos de esos artículos.
Dr. Gonzalo Mora
Traumatología y Medicina Regenerativa Avanzada (ITRAMED)