¿Por qué sigo con dolor después una cirugía de artroscopia de menisco?

Los meniscos son estructuras que tenemos en  el interior de la rodilla y que tienen la función principal de amortiguación. Tenemos dos meniscos, el interno y el externo, que hacen que las superficies de la tibia y el fémur no estén en contacto directo.

Anatomía de la rodilla

Causa 1: Cambio de la distribución de cargas cuando se lesiona un menisco

Cuando tenemos una lesión en un menisco la capacidad de amortiguación del mismo se ve afectada, de tal forma que el cartílago que recubre el fémur y la tibia debe de soportar mayor presión. Si el trabajo que sobrecarga al cartílago se mantiene en el tiempo hace que se dañe y que produzca dolor.

Al realizar una artroscopia para realizar un recorte del menisco o meniscectomía parcial, el resultado final es la diminución de superficie de amortiguación y por tanto mayor carga para el cartílago articular y todo ello puede llevar a un aumento de dolor en la articulación.

Causa 2: Inestabilidad secundaria a la lesión meniscal

Cuando se lesiona un menisco y se realiza una intervención para el recorte del mismo se produce una disminución del espacio intrarticular entre el fémur y la tibia provocando una mayor holgura en la articulación. Esta holgura provoca un «traqueteo» repetido en la rodilla lesionada que provoca dolor y que se manifiesta al realizar actividades de impacto, caminar o incluso realizar vida normal.

Viéndolo de forma anatómica el ligamento colateral,  que en condiciones normales se encuentra tenso, sufre una distensión cuando se lesiona un menisco y más cuando se recorta. La consecuencia directa es que disminuye su función de sujeción de la articulación y por tanto dicha articulación queda inestable. Esta distensión o laxitud del ligamento colateral hace que la rodilla traquetee todavía más de lo habitual, produciendo dolor. Si este traqueteo provocado por la laxitud y la inestabilidad se mantiene en el tiempo va provocando lesiones de otras estructuras de la rodilla, evolucionando a un comienzo de artrosis. Esto es a lo que se denomina inestabilidad lateral o medial de la rodilla secundaria a una lesión meniscal.

Gráficamente, y para entenderlo mejor, lo representamos de la siguiente forma:

 

Por ello en ITRAMED somos conservadores con las lesiones de meniscos, e intentamos conservarlo y evitar la cirugía siempre que sea posible.

 

¿Existe algún tratamiento, no quirúrgico, que pueda reparar esas lesiones y eliminar , por tanto, el dolor?

Hoy en día estos tratamientos son posibles gracias al empleo combinado de distintas terapias biológicas y celulares como la proloterapia.

La proloterapia es un tratamiento no quirúrgico que consiste en la utilización de sustancias proliferantes (principalmente dextrosa) que se inyectan de forma localizada en ligamentos, tendones y articulaciones, y desencadenan una reacción inflamatoria que provoca la formación de nuevas fibras de colágeno que aumentan la resistencia de las estructuras tratadas, y como consecuencia la curación de lesiones crónicas de ligamentos.

El objetivo de este tratamiento es, por tanto, el estimular la formación de nuevas fibras de colágeno a nivel de las uniones entre ligamentos y el hueso (las entésis) lo cual promueve la reparación no quirúrgica de los tejidos tratados y el alivio del dolor.

 

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