El ligamento cruzado anterior, principal estabilizador de la rodilla
El ligamento cruzado anterior (LCA) de la rodilla es una estructura en forma de doble cordón compuesto por fibras resistentes que conectan la tibia con el fémur y que se entrelaza con el ligamento cruzado posterior (LCP).
El LCA es una estructura imprescindible en la estabilidad de la rodilla ya que es freno principal del desplazamiento anterior de la tibia y la rotación tibial.
De los cuatro ligamentos que estabilizan la rodilla es uno de los que con más frecuencia se lesionan.
Concoce más en nuestro artículo lesiones de ligamentos de la rodilla.
Tipos de lesiones del ligamento cruzado anterior (LCA)
Principalmente hablamos de tres tipos de lesiones:
- Distensión del LCA. El ligamento se encuentra laxo o destensado a consecuencia de haber sufrido un traumatismo o múltiples microtraumatismos. En la exploración física observamos una distensión en la maniobra de desplazamiento anterior tibial sobre el fémur. Habitualmente la inestabilidad de rodilla no es apreciable por el paciente.
- Rotura parcial de LCA. El ligamento tiene continuidad de tejido aunque en alguna zona, habitualmente en la zona proximal, se encuentra una discontinuidad de las fibras del ligamento. Al igual que en la anterior lesión, la exploración física nos muestra una discreta inestabilidad que el paciente no aprecia habitualmente.
- Rotura completa de LCA. El ligamento tiene una discontinuidad completa en sus fibras, encontrándose dos fragmentos del ligamento. La exploración muestra un resalte y un desplazamiento anterior significativo. El paciente refiere fallo, inseguridad o inestabilidad de la rodilla.
Reparación del Ligamento cruzado anterior (LCA) sin cirugía
Durante muchos años la única opción que existía para la reparación del ligamento cruzado anterior de la rodilla era la cirugía de reconstrucción del ligamento.
Actualmente, con el avance de la medicina conocemos técnicas para recuperar las fibras de colágeno del ligamento, fortalecerlas y recuperar su tensión inicial. Ésta técnica es válida para las lesiones de distensión de LCA y de rotura parcial, no es valida para las roturas completas de LCA.
La Proloterapia es una de estas técnicas regenerativas que hace que los ligamentos recuperen su estado natural. La técnica utiliza una medicación irritante para los ligamentos, la dextrosa, que produce de forma inicial una inflamación en dichas estructuras, y a posteriori una creación de fibras de colágeno.
La Proloterapia es una técnica que no precisa ingreso ni cirugía. Se realiza de forma ambulatoria mediante inyecciones de dextrosa con control de escopia o rayos X. Es necesaria la utilización de anestesia local para su realización. De forma habitual, para conseguir la reparación del ligamento son necesarias 3 sesiones de proloterapia separadas de mínimo 3 semanas cada una.
¿Qué puedo y qué no puedo hacer durante el tratamiento?
Durante el tiempo que dura el tratamiento, generalmente 6 semanas, se deben evitar ejercicios que impliquen aumento de tensión en el ligamento que estamos tratando. Los ejercicios que impliquen salto, carrera o giros están contraindicados durante este tiempo.
Pero si que están indicados aquellos ejercicios que favorezcan la potenciación muscular y fuerza de la pierna como:
- Ejercicio tipo bicicleta estática
- Caminar por piscina
- Ejercicios de fuerza, limitando la sentadilla que supere los 90 grados.
Y si estoy operado de plastia de LCA y la tengo laxa ¿Puede ser efectivo para mi caso este tratamiento?
Si es posible. Lo veremos en unas semanas en el próximo artículo.