Para entender mejor de qué vamos a hablar será mejor explicar primeramente cómo es la pelvis femenina.

La pelvis está formada por dos huesos iliacos que se unen en la parte posterior por otro hueso llamado sacro.

Por delante, los huesos iliacos confluyen en la sínfisis púbica.

Anatomía de la pelvis

Además existen 4 tipos de pelvis óseas en relación al estrecho superior de la pelvis (parte de la pelvis por donde tiene lugar la entrada del bebé en el canal del parto). De ellas, la pelvis ginecoide es la más frecuente entre las mujeres y la más adecuada para la evolución espontánea del parto vaginal.Estos huesos están unidos entre sí por ligamentos, permitiendo cierta movilidad a la articulación.

¿CUÁLES SON LAS TRANSFORMACIONES QUE SUFRE LA PELVIS DURANTE EL EMBARAZO?

Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta diferentes cambios, principalmente debido a la acción de hormonas como la progesterona, estrógenos, lactógeno placentario, relaxina, etc.

Uno de los cambios más evidentes, es el que se refiere a la elasticidad del cuerpo de la mujer. Estamos hablando de cambios en la elasticidad de la piel y musculatura del abdomen, cuello uterino, ligamentos de unión del útero con las paredes de la pelvis así como en todas las articulaciones. De hecho, la gestante es capaz de realizar ejercicios dentro de la práctica deportiva que antes no alcanzaba a realizar.

LA RELAXINA

La hormona más importante que interviene en éste proceso de aumento de la elasticidad es la relaxina, hormona producida por el cuerpo lúteo y la placenta desde el inicio del embarazo. Desde la semana 12 comienza a elevarse y lo hace progresivamente hasta los momentos previos al parto donde experimenta un pico en su secreción.

A nivel de las articulaciones, éste aumento de la relaxina tiene ventajas e inconvenientes.

La ventaja principal es el aumento en la movilidad de las articulaciones de la pelvis. De esta manera aumentan los diámetros de la pelvis y se produce el correcto encajamiento y descenso del bebé por el canal del parto.

Durante el embarazo la relaxina favorece una mayor elasticidad de los ligamentos de la pelvis permitiendo una mayor movilidad de la pelvis

Pero también trae consigo algún inconveniente como la posible aparición de la diástasis de la sínfisis del pubis o el dolor en la articulación sacroilíaca.

Factor fundamental es también el tipo de parto. Un parto laborioso (número de horas excesivo, la posición adoptada , o la instrumentación del mismo (fórceps) van a determinar en gran medida la presencia de lesiones posteriores.

¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS DEL DOLOR?

Las características del dolor en la articulación sacroilíaca son:

  • dolor en zona lumbar (principalmente en un lado)
  • dolor en la cadera
  • molestias al agacharse o ponerse de pié tras permanecer sentado un largo periodo
  • mejoría del dolor en reposo.

El dolor habitual es el dolor de espalda baja hacia glúteo que en ocasiones es de forma unilateral.

¿CUÁL ES LA CAUSA DEL DOLOR?

La aparición del dolor puede tener lugar durante el embarazo o tras el parto. En la mayor parte de las ocasiones desaparece en pocas semanas, pero en ocasiones puede permanecer incluso meses o años.

La causa del dolor es por la distensión de la articulación sacroilíaca en el pre-parto y durante el parto.

Al sufrir la pelvis una distensión mayor tras el parto, los ligamentos que sostienen la articulación sacroilíaca sufren una elongación quedando dañados.

En ocasiones no vuelven a proporcionar la función de sostén que tienen sobre la articulación y este déficit provoca una inestabilidad articular generando mayor movimiento y a su vez más dolor.

Lo podemos asemejar a un “traqueteo” mayor en la articulación por falta de fuertes ligamentos que sujeten la articulación sacroilíaca.

¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO PARA ESTA LESIÓN?

El objetivo del tratamiento va as ser la creación de una nueva estabilidad ligamentaria en la articulación sacro-ilíaca.

Pero, ¿cómo conseguimos una estabilidad sin que resulte ser una cirugía o intervención agresiva?

Con la utilización de la Proloterapia vamos a conseguir crear colágeno en los ligamentos, eliminar la inestabilidad articular y el rango mayor de movimiento que provoca el dolor.

Es una técnica en la que se utiliza la Dextrosa como sustancia proliferante, promoviendo una inflamación local, y poniendo en marcha el proceso de regeneración natural del cuerpo.

La utilización de dextrosa inyectada en los ligamentos laxos, mal cicatrizados o parcialmente lesionados produce un proceso de inflamación en dichas estructuras y favoreciendo una reacción celular (fibroblastos, células endoteliales, miofibroblastos) que forman nuevos vasos sanguíneos y finalmente van depositando colágeno. Este refuerzo de colágeno en la zona afectada favorece una remodelación estructural de los ligamentos, recuperando su capacidad de sosten y tensándolos.

El procedimiento de forma habitual se realiza entre 3 a 6 sesiones, dependiendo del grado de lesión, separada cada sesión de entre 3 a 4 semanas con la finalidad de respetar la cascada normal de curación de los tejidos en cada sesión, y realizarlo de igual forma las sesiones necesarias hasta el completo alivio del dolor.

Si que es cierto que de forma habitual entre las primeras sesiones no se refiere ningún cambio de la situación inicial, comenzando a referir mejoría a partir de la segunda sesión.

Tras el proceso de inflamación, proliferación y remodelación el nuevo tejido tiene un aspecto y una función similar al original.

 

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