La columna lumbar esta formada por cuerpos vertebrales unidos entre si por diversas estructuras:
- Los discos vertebrales que hacen de almohadillas para conseguir un movimiento simétrico de la columna.
- Las articulaciones facetarias que crean una estabilización posterior a la columna.
- Los ligamentos que son los principales estabilizadores de las articulaciones de la columna.
- La musculatura abdomino-lumbar que trabaja como faja abdominal y sujección de la columna lumbar.
Los ligamentos de las articulaciones están formados principalmente por fibras de colágeno, pero su aporte vascular es muy pobre y disminuye con el paso de los años. Esta es la razón principal por la que con frecuencia los ligamentos lesionados no curan completamente o cicatrizan de forma irregular. Incluso cuando aparentemente han curado o cicatrizado, su resistencia a la tracción ha disminuido habitualmente hasta en un 40%.
La consecuencia directa es que se disminuye su función de sujeción en la articulación lesionada y por tanto dicha articulación queda inestable. Sin embargo, a pesar de tener una mala vascularización o mal aporte sanguíneo, estas estructuras articulares se encuentran rodeadas de muchas raíces nerviosas, razón por la cual su lesión (tanto aguda como crónica) resulta habitualmente dolorosa.
El dolor lumbar crónico tiene como causa, en muchas ocasiones, una inestabilidad ligamentaria de base.
El caso más claro de una inestabilidad ligamentosa se produce en la articulación de la rodilla, y es el que resulta más fácil de entender. El paciente presenta una lesión de rodilla (esguince o subluxación de la rodilla con lesión parcial de ligamentos (lateral interno y ligamento cruzado anterior, principalmente)) o lo que llamamos inestabilidad de rodilla. Tras unas semanas y, habitualmente, el uso de antinflamatorios y algún tratamiento de rehabilitación, el paciente empieza a recuperarse pudiendo llegar incluso a una situación en la que parezca que la curación ha sido completa. No obstante, con grandísima frecuencia, dicha articulación ha quedado más laxa y con menor tensión en los ligamentos. Aunque el paciente no note inestabilidad clara en dicha articulación, en una exploración física detallada puede objetivarse claramente esa laxitud e inestabilidad articular.
El uso continuado de esa articulación inestable, con actividades deportivas, o incluso con actividades de la vida diaria (caminar, subir y bajar escaleras, etc…) va provocando un desgaste progresivo (inicialmente imperceptible para el paciente). Pero con el paso de los meses, o veces en unos pocos años, dicho desgaste empieza a originar síntomas en la articulación lesionada (dolor, “pesadez”, inflamación, sensación de fallo, “cansancio”,…) o en estructuras vecinas (músculos, tendones y articulaciones adyacentes).
Esto mismo es lo que ocurre a los distintos niveles de la columna (sobre todo a nivel lumbar), es decir, mútiples zonas de inestabilidad ligamentosa entre las estructuras que unen unas vértebras a otras.
En muchos casos el paciente refiere que con una frecuencia anual, semestral o mensual sufre lumbalgias agudas que desaparecen con tratamientos de antiinflamatorios, calor, reposo y tratamiento fisioterapeútico. Estos dolores lumbares periódicos se convierten en dolores crónicos provocados principalmente por la debilidad y la distensión de los ligamentos que sostienen la columna, y a su vez va evolucionando en daños estructurales a otros niveles.
Dolores que se convierten en un mártir periódico si no se trata la principal causa del dolor crónico: la inestabilidad.
La Enfermedad Degenerativa de la Columna Lumbar
La progresión de la enfermedad degenerativa de la columna lumbar comienza con:
- Una lesión inicial de los ligamentos de la columna provoca el inicio de una inestabilidad vertebral.
Si no se tratan dichos ligamentos…
- El proceso va progresando hasta ir incluyendo a más segmentos de la columna, convirtiéndose en una Enfermedad Degenerativa Temprana.
Si continuamos sin tratamiento ligamentosos la progresión es hacia…
- Una degeneración lumbar a varios niveles provocando una Enfermedad Degenerativa Multi-nivel
Y sigue progresando, si no se reparan los ligamentos, a…
- La degeneración completa de la columna lumbar, que es la consecuencia final de no haber resuelto antes la inestabilidad vertebral de la columna.
Llegados a estas situaciones parecería que ya no existe solución al problema, salvo de forma parcial con una intervención quirúrgica. Pero afortunadamente si existen soluciones, no necesariamente quirúrgicas, que permiten recuperar la estabilidad de dichas articulaciones, y de esa forma eliminar el dolor y el deterioro progresivo.
Existen opciones no quirúrgicas, también en casos avanzados para restaurar la estabilidad de la columna lumbar mediante Terapias Regenerativas.
La proloterapia es un tratamiento no quirúrgico que consiste en la utilización de sustancias proliferantes (principalmente dextrosa) que se inyectan de forma localizada en ligamentos, tendones y articulaciones, y desencadenan una reacción inflamatoria que provoca la formación de nuevas fibras de colágeno que aumentan la resistencia de las estructuras tratadas, y como consecuencia la curación de lesiones crónicas de tendones, ligamentos y de la enfermedad degenerativa articular (artrosis).
El objetivo de este tratamiento es, por tanto, el de estimular la proliferación de colágeno a nivel de las uniones ligamento-oseas (las entesis) lo cual promueve la reparación no quirúrgica de los tejidos blandos y el alivio del dolor.
Al igual que en las lesiones deportivas si no ponemos solución a la inestabilidad ligamentaria de base, el círculo no se cierra y al cabo de un tiempo vuelven a aparecer las molestias, o lo que es peor, molestias acompañadas de lesiones añadidas a consecuencia de la inestabilidad articular.