Escuchar frases como “Se me sale la rodilla” o “Se me sale el hombro” es más común de lo que parece, pero ¿Qué significan realmente? En términos médicos, estas expresiones se refieren a un fenómeno conocido como luxación o dislocación, que ocurre cuando un hueso se sale de su posición normal dentro de una articulación. Este tipo de lesión puede causar dolor intenso y limitaciones en el movimiento, por lo que es importante entenderla para saber cómo actuar ante ella.
A continuación, te explicamos de manera clara y sencilla qué es una luxación, por qué ocurre y qué hacer si te sucede.
¿Qué es una luxación?
Cuando alguien dice que «se le sale» una articulación, está describiendo lo que los médicos llaman una luxación. En una articulación normal, los huesos están conectados entre sí y se mantienen en su lugar gracias a una estructura compleja de ligamentos, músculos y tendones. Si un hueso se mueve fuera de su lugar normal, se produce una dislocación, o sea, una luxación.
Por ejemplo:
- Rodilla: La rodilla es una de las articulaciones más grandes y complejas del cuerpo. Si uno de los huesos, como la rótula, se desplaza de su lugar, se dice que «se sale la rodilla». Esto puede ocurrir debido a un golpe fuerte o una torcedura brusca.
- Hombro: El hombro es una articulación que permite una amplia gama de movimientos, pero también es propensa a dislocarse. Si el hueso del brazo (el húmero) se desliza fuera del hueco en el que debería estar, se dice que “se sale el hombro”. Esta es una de las dislocaciones más comunes debido a la gran movilidad del hombro.
¿Por qué se salen las articulaciones?
Las luxaciones suelen ocurrir debido a un trauma o movimiento brusco, pero también pueden estar relacionadas con otras condiciones. Las principales causas incluyen:
- Caídas o golpes directos: Es muy común que los deportistas o personas que han sufrido una caída experimenten luxaciones. Un mal aterrizaje después de un salto o una caída sobre un brazo extendido puede forzar una articulación a salir de su lugar.
- Movimientos forzados: Movimientos bruscos, torceduras o giros inesperados pueden generar suficiente presión sobre una articulación para que se disloque.
- Hipermovilidad: Algunas personas tienen ligamentos más flexibles de lo normal, lo que las hace más propensas a sufrir luxaciones. Esta condición es conocida como hipermovilidad articular.
Síntomas de una luxación
Cuando una articulación se disloca, los síntomas son inmediatos y fáciles de identificar:
- Dolor intenso: Generalmente, el dolor es el primer síntoma. Este puede ser tan agudo que la persona no puede mover la articulación afectada.
- Deformidad visible: En muchos casos, se puede notar que la articulación tiene una forma anormal o está «fuera de lugar».
- Hinchazón y moretones: Después de una luxación, la zona alrededor de la articulación puede inflamarse rápidamente.
Imposibilidad de mover la articulación: Cuando una articulación se sale de su sitio, el rango de movimiento se ve severamente limitado.
¿Qué hacer si se te sale una articulación?
Ante una luxación, es fundamental buscar atención médica de inmediato. Si no se trata adecuadamente, una luxación puede dañar los nervios, ligamentos o músculos circundantes, lo que puede llevar a problemas a largo plazo.
- No intentes acomodar la articulación por tu cuenta: Esto puede empeorar la lesión.
- Inmoviliza la articulación: Intenta no mover la parte afectada. En muchos casos, es recomendable utilizar una férula o cabestrillo hasta llegar al hospital.
- Aplica frío: Colocar hielo en la zona afectada puede ayudar a reducir la inflamación y aliviar el dolor mientras esperas atención médica.
Tratamiento para la luxación
Una vez que se diagnostica una luxación, el tratamiento puede incluir:
- Recolocar la articulación: El médico debe colocar el hueso en su lugar mediante una maniobra controlada llamada «reducción». Esto se realiza bajo anestesia local o sedación para minimizar el dolor.
- Inmovilización: Después de colocar el hueso en su lugar, se utiliza un yeso, cabestrillo o férula para evitar que la articulación se mueva mientras cicatriza.
- Fisioterapia: Una vez que la articulación ha sanado, es fundamental realizar ejercicios de fisioterapia para fortalecer los músculos y ligamentos alrededor de la articulación, reduciendo así el riesgo de que vuelva a ocurrir.
¿Qué sucede después de una luxación?
Después de sufrir una luxación, es posible que la articulación quede más propensa a futuras dislocaciones, especialmente si los ligamentos han quedado debilitados. En algunos casos, si las luxaciones son frecuentes, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para reparar o reforzar los ligamentos. En otras ocasiones la utilización de Proloterapia puede resolver la situación sin necesidad de cirugía.
Prevención de futuras dislocaciones
Para evitar que se repitan las luxaciones, es recomendable:
- Fortalecer los músculos alrededor de las articulaciones con ejercicios específicos.
- Usar equipo de protección si practicas deportes de contacto.
- Evitar movimientos bruscos o forzados que puedan comprometer las articulaciones.
Conclusión
Cuando alguien dice que «se le sale la rodilla» o «se le sale el hombro», está hablando de una luxación, una condición seria que requiere atención médica inmediata. Si experimentas una dislocación, es esencial no tratar de corregirla por tu cuenta y acudir a un especialista lo antes posible para evitar complicaciones.
En ITRAMED contamos con profesionales capacitados para tratar este tipo de lesiones y ayudarte a prevenir futuros episodios con técnicas como la Proloterapia sin necesidad de cirugía. Si alguna vez has sufrido una luxación o sientes inestabilidad en alguna de tus articulaciones, no dudes en consultarnos para recibir la atención adecuada. Tu salud es nuestra prioridad, y estamos aquí para ayudarte a mantener tus articulaciones en perfecto estado.